El Gaucho Martín Fierro


de José Hernández (1834 - 1886)






Fuente: Primera edición, Buenos Aires, Imprenta de La Pampa, Victoria 79, 1872. Reproducción textual del ejemplar existente en la Biblioteca Nacional de la República Argentina (TES 3 A 06 33 18), con correcciones marginales del autor y la siguiente dedicatoria: "Señor Mariano A. Pelliza. En la aduana, su amigo José Hernández". Se ha respetado la ortografía y puntuación originales del siglo XIX. Obtenida a través del Proyecto Biblioteca Digital Argentina.

XI

A otros les brotan las coplas
Como agua de manantial:
Pues á mí me pasa igual
Aunque las mias nada valen,
De la boca se me salen
Como ovejas del corral.

Que en puertiando la primera
Ya la siguen las demás,
Y en montones las de atras
Contra los palos se estrellan,
Y saltan y se atropellan
Sin que se corten jamás

Y aunque yo por mi inorancia
Con gran trabajo me esplico,
Cuando llego á abrir el pico
Tenganlo por cosa cierta,
Sale un verso y en la puerta
Ya asoma el otro el hocico.

Y empresteme su atencion
Me oirá relatar las penas
De que traigo la alma llena-
Porque en toda circustancia,
Paga el gaucho su inorancia
Con la sangre de las venas.

Despues de aquella desgracia
Me guareci en los pajales,
Andube entre los cardales
Como vicho sin guarida-
Pero, amigo, es esa vida
Como vida de animales.

Y son tantas las miserias
En que me he sabido ver
Que con tanto padecer
Y sufrir tanta aflición
Malicio que he de tener
Un callo en el corazon.

Ansi andaba como guacho
Cuando pasa el temporal-
Supe una vez pa mi mal
De una milonga que habia,
Y ya pa la pulperia
Enderezé mi bagual.

Era la casa del baile
Un rancho de mala muerte,
Y se enllenó de tal suerte
Que andábamos á empujones:-
Nunca faltan encontrones
Cuando el pobre se divierte.

Yo tenia unas medias botas,
Con tamaños berdugones-
Me pusieron los talones
Con crestas como los gallos,
Si viera mis afliciones
Pensando yo que eran callos.

Con gato y con fandanguillo
Habia empezado el changango
Y para ver el fandango
Me colé haciendome bola-
Mas, metió el diablo la cola
Y todo se volvió pango.

Habia sido el guitarrero
Un gaucho duro de boca-
Yo tengo pacencia poca
Pa aguantar cuando no debo,-
A ninguno me le atrevo-
Pero me halla el que me toca.

A bailar un pericon
Con una moza salí,
Y cuanto me vido allí
Sin duda me conoció-
Y estas coplitas cantó
Como por rairse de mí:

"Las mujeres son todas
"Como las mulas-
"Yo no digo que todas
"Pero hay algunas
"Que á las aves que vuelan
"Les sacan plumas"

"Hay gauchos que presumen
"De tener damas-
"No digo que presumen
"Pero se alaban
"Y á lo mejor los dejan
"Tocando tablas"

Se secretiaron las hembras-
Y yo ya me encocoré-
Volié la anca y le grité
"Dejá de cantar... chicharra"
Y de un tajo á la guitarra
Tuitas las cuerdas corté.

Al grito salió de adentro
Un gringo con un jusil-
Pero nunca he sido vil,
Poco el peligro me espanta-
Yo me refalé la manta
Y la eché sobre el candil.

Gané en seguida la puerta
Gritando: "Naides me ataje"-
Y alborotao el embraje
Lo que todo quedo escuro,
Empezó á verse en apuro
Mesturao con el gauchage.

El primero que salió
Fué el cantor y se me vino-
Pero yo no pierdo el tino
Aunque haiga tomao un trago-
Y hay algunos por mi pago
Que me tienen por ladino.-

No ha de haber achocao otro-
Le salió cara la broma-
A su amigo cuando toma
Se le despeja el sentido,
Y el pobrecito habia sido
Como carne de paloma.

Para prestar sus socorros
Las mujeres no son lerdas-
Antes que la sangre pierda
Lo arrimaron á unas pipas-
Ay lo dejé con las tripas
Como pa que hiciera cuerdas.

Monté y me largé á los campos
Mas libre que el pensamiento,
Como las nubes al viento
A vivir sin paradero,
Que no tiene el que es matrero
Nido, ni rancho, ni asiento.

No hay fuerza contra el destino
Que le ha señalao el cielo-
Y aunque no tenga consuelo
Aguante el que está en trabajo-
¡Naides se rasca pa abajo!
¡Ni se lonjéa contra el pelo!

Con el gaucho desgraciao
No hay uno que no se entone-
La mesma falta lo espone
A andar con los avestruces!
Faltan otros con mas luces
Y siempre hay quien los perdone.